¿Cómo confiar en la impartición de justicia?

Submitted on June 27, 2022
El 23 de junio por la noche se reportó el feminicidio de Yrma Lydya, una cantante que fue asesinada al confrontar a su marido, el abogado Jesús Hernández, por infidelidad.

En la imagen se puede ver el perfil de una mujer, frente a ella, muchas manos paran su avance.Los primeros comentarios en redes sociales cuestionaban a la víctima con un montón de argumentos que no justifican de ninguna manera un feminicidio: la gran diferencia de edad entre ella y el abogado; las supuestas intenciones de Yrma para estar con Jesús debido a su deseo de dinero y fama; y dudas sobre si era su esposa y no su amante.  Nos parece necesario escribir sobre este caso no sólo por las condiciones particulares en las que se dio el feminicidio, en un espacio público y con testigos presenciales, sino por el perfil de él, acostumbrado a ser intocable, los comentarios en redes sociales retratan a un abogado que más que litigar amenaza, amedrenta y utiliza sus contactos para conseguir lo que desea, se menciona en más de una ocasión la portación y lucimiento de armas para atemorizar a los abogados de la contraparte, así como otras actitudes prepotentes.  

En ella, narraba que esa no era la primera ocasión en la que Jesús Hernández la agredía física, psicológica y sexualmente. Relató también las amenazas de muerte y la advertencia de que, de denunciar, nadie le haría caso pues él era amigo del presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, así como de jueces y magistrados. Jesús Hernández es gran amigo del fiscal general de la república Alejandro Gertz Manero.  

En la imagen se puede ver a una mujer frente a un funcionario, como un juez.En fechas recientes en el equipo de LiberAS solicitamos información pública a la fiscalía de la Ciudad de México sobre la cantidad de casos de feminicidio donde víctima presentó denuncias previas en contra de su agresor. La fiscalía negó tener esos datos.

Nos cuestionamos también qué pasa cuando la violencia es ejercida por un personaje como Jesús Hernández, un militar, un político, un juez, magistrado o fiscal.  Sabemos que Jesús Hernández podía y puede aprovechar su posición porque tiene el poder que le dan el dinero y sus contactos, así como la promesa de impunidad, la misma impunidad que le permitió ejercer la abogacía durante años sin estar acreditado para ello.  

Nos cuestionamos si el Fiscal General de la República, el Presidente del Tribual Superior de Justicia de la Ciudad de México, los jueces y magistrados amigos de Jesús estarán dispuestos a defender y proteger a un feminicida frente a toda la ciudadanía o si se atreverán a hacer su trabajo –aunque tardío- y buscar la justicia que la familia de la víctima necesite.